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En está página: La Fiesta de la Danza del Diablo, las Campanas de Tijarafe y su repiques tradicionales y el Monumento de homenaje a los verseadores y Casa de la Décima. 

Fiesta de la danza del Diablo

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La danza del DiabloColectivo de Escuelas Unitarias de La Palma
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Según la tradición, en la víspera del día de la Natividad de la Virgen, Satanás deambula por el mundo a su albedrío. En Tijarafe, en la madrugada del 7 al 8 de septiembre, la orquesta es interrumpida sin previo aviso por el diablo que, precedido de gigantes y cabezudos, hace su entrada en la plaza de la Iglesia. Con sus 100 kg. de peso de armazón y pirotecnia, desafía a la virgen en una explosión de colores, fuegos, tracas y pólvora, representando el infierno al que irán los pecadores.

El espectáculo llega a su final con la apoteósica explosión de la cabeza del demonio simbolizando la muerte de Satán y el triunfo de la virgen. Este representante del mal huirá de la plaza, no sin antes pasar por delante de la iglesia y hacer una reverencia a la Señora. Como no podía ser de otro modo, vence el bien sobre el mal, la luz sobre la oscuridad, la virtud sobre el pecado.

Campanas de Tijarafe y su repiques tradicionales

Campanas
Las campanas de Tijarafe y sus repiques Colectivo de Escuelas Unitarias de La Palma
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Las campanas del municipio palmero de Tijarafe ejecutan repiques tradicionales desde la espadaña de la iglesia de Nuestra Señora de Candelaria durante las fiestas principales.

Se producen toques de campana y tambor, aquí conocido popularmente como caja de guerra que se practican en la parroquia, fijando la atención en las particularidades rítmicas que los diferencian de otros repiques que perviven en Canarias.

Monumento de homenaje a los verseadores y Casa de La Décima

Verseadores
Monumento_de_homenaje_a_los_verseadores_Colectivo de Escuelas Unitarias de La Palma
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Históricamente, Canarias ha sido tierra de emigrantes. Hasta la segunda mitad del siglo XX uno de los destinos favoritos de los palmeros fue la isla de Cuba. Estos vínculos culturales de ida y vuelta cuajaron en una forma particular de poesía, que se conoce con el nombre de punto cubano. Se trata de una especie de duelo en rima, en la que los participantes se desafían entre sí con la única arma de su agilidad mental. El Monumento homenaje a los verseadores de Tijarafe refleja esta tradición musical, cuyos especialistas se suelen reunir también en la cercana Casa de la Décima.

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